En la anterior entrada en el Blog “Ya no puedo más…” El Síndrome del cuidador quemado. Parte I, explicamos en qué consistía este síndrome que afecta a los cuidadores no profesionales de personas en situación de dependencia.
Como toda síndrome presenta un cuadro clínico con sintomatología (en este caso) a nivel psicológico, nivel físico, nivel social, nivel económico, derivado de la situación de estrés crónico en el que se encuentran sometidos. Para más detalles ver la entrada anterior.
Explicábamos también que hay diferentes estresores que tienen una implicación negativa en el estado del bienestar del cuidador, que pueden estar relacionados con la persona dependiente, con el mismo cuidador o con factores externos como la red social de la que dispone.
Dotar a los cuidadores de herramientas y estrategias que les permitan afrontar las
difíciles situaciones que pueden aparecer a lo largo del cuidado,
minimizará el riesgo de sufrir el síndrome, incrementando así la percepción de éxito.
Las señales de alarma que se deben tener en cuenta
Saber identificar las señales de alarma que preceden a las alteraciones de la sobrecarga permitirá pedir ayuda e intervenir con la suficiente antelación, y lo que es mejor, permitirá no tener que llegar al momento en que solucionarlo sea más complicado.
Como cuidador o cuidadora conviene estar atentos a si se presentan uno o varios de los siguientes síntomas:
* Cansancio y pérdida de energía y vitalidad, sueño excesivo
* Aislamiento
* Aumento del consumo de bebida alcohólica, tabaco y/o fármacos ansiolíticos o hipnóticos
* Problemas de memoria, dificultad para concentrarse
* Desinterés por las actividades que antes se disfrutaban y las personas
* Aumento o disminución del apetito
* Irritabilidad y disgustos frecuentes y sin motivo aparente
* Cambios frecuentes de humor o de estado de ánimo, nerviosismo, tristeza, frustración
* Problemas en el lugar de trabajo
* Problemas en la familia
* Un trato despectivo o vejatorio hacia la persona que se cuida
Si usted es cuidador de una persona dependiente y se ha sentido identificado con este listado, sería conveniente que pidiera asesoramiento a un profesional.
¿Cómo mejorar el estado de ánimo del cuidador con sobrecarga?
Hay una serie de indicaciones todas ellas encaminadas a facilitar una mejora de la sobrecarga del cuidador. Además de esta serie de indicaciones que comentaré a continuación, debemos tener presente que existen otros recursos cuando uno mismo no se ve capaz de mejorar su situación, como por ejemplo acudir a un psicólogo.
* Acudir a un profesional que proporcione una atención integral a las familias y cuidadores de las personas en situación de dependencia como estos últimos, permitirá recibir un apoyo a todos los niveles.
* Visitar el trabajador / a social de referencia permitirá conocer qué recursos para familiares y cuidadores hay en la comunidad y también resolver dudas a nivel administrativo.
* Aprender a pedir y aceptar ayuda puede parecer difícil al principio, ya que cuando se asume la responsabilidad de cuidar a una persona dependiente se tiende a pensar en la necesidad de ser autosuficiente. De todos modos, la orientación y apoyo que se puede recibir, minimiza los efectos negativos de la misma.
* Delegar algunas de las responsabilidades que se tenían antes, facilitará la tarea actual.
* Aprender a decir no si no se puede, no hemos de querer complacer a todo el mundo.
* Fijarse objetivos pequeños y realistas, permitiendo así poder alcanzar de manera más fácil.
* Organizar el tiempo y marcarse prioridades.
* No sentirse culpable por no ser el “cuidador perfecto”, hacemos lo que podemos y nadie es de perfecto.
* Si no se puede cambiar la situación, podemos intentar cambiar lo que esta nos hace sentir y pensar. Darle un nuevo sentido que no sea doloroso.
* Mantenerse en contacto con amigos y familiares ayuda a no desvincularse a nivel social.
* Buscar y dedicarse tiempo cada semana. Procurar comer y dormir bien.
* Explicar la situación al médico de cabecera y hacer revisiones periódicas.
* Compartir gastos con el resto de familiares dará un descanso a la economía doméstica.
Las consecuencias positivas del cuidado
A pesar del conjunto de desajustes de los que se ha hablado hasta ahora, el cuidado de un familiar dependiente puede aportar consecuencias positivas, que llenan y ayudan a salir adelante.
Podemos sentirnos muy satisfechos por lo que hacemos, sentir placer por ayudar a la otra persona, sentirse útil o mejor dicho indispensable, incrementa la confianza y aceptación de nosotros mismos y mejora también la autoestima. Otra consecuencia positiva de la situación de cuidado es el sentimiento de maestría que desarrolla el cuidador, pues pasa a ser un experto del cuidado y las atenciones prestadas.
Por lo tanto y dando un vistazo a la situación actual, en la que se pone de manifiesto que un porcentaje altísimo de los cuidadores de personas dependientes, presenta el Síndrome del cuidador, es vital y de alta prioridad encontrar la manera de facilitar información y formación a estas personas.