Trabajamos con quien necesita orientación y herramientas para resolver dificultades emocionales y de salud con tratamientos personalizados. Te acompañamos para que te reencuentres de nuevo con tu bienestar emocional y la de los que te rodean.

TERAPIA INDIVIDUAL

MALESTAR EMOCIONAL

A veces nos sentimos vulnerables debido a las preocupaciones cotidianas y nos invaden sensaciones de descontrol, de tristeza y de vacío.

Estos pensamientos de inquietud e insatisfacción nos van volviendo cada vez más pesimistas y minan la propia autoestima, creando cada vez más malestar emocional. Las personas nos acostumbramos a convivir, aunque la incomodidad interna es constante y nos acaban interfiriendo en nuestro día a día.

AUTOESTIMA

La capacidad de autovalorarnos se desarrolla progresivamente desde la infancia y el concepto de uno mismo se forja a lo largo de las dos primeras décadas de la vida de una persona.

La mayoría de personas nos queremos, es decir, tenemos una autoestima saludable y positiva. A veces sin embargo, hay sucesos que oscurecen la percepción de uno mismo y la distorsionan, llevándonos a un autodesprecio y juicio negativo. Recobrar la autoestima es primordial para el buen desarrollo personal.

 RELACIONES PERSONALES

Las habilidades sociales son todas aquellas formas de hacer o de comportarnos, verbales y no verbales, que nos ayudan a acercarnos a los demás de una manera adecuada y asertiva.

Esto es, desde el respeto y la confianza hacia uno mismo y hacia el otro. A veces rasgos de personalidad como la timidez, la inhibición o la inseguridad hacen que no disfrutemos de las relaciones interpersonales de una manera fluida y cómoda.

ESTRÉS Y TRASTORNOS DE ANSIEDAD

El estrés es un proceso natural del cuerpo humano que responde a nuestra necesidad de adaptarse al entorno en situaciones que percibimos como amenazantes; por ejemplo, un cambio o exceso de trabajo, la pérdida del puesto de trabajo, una mudanza, una nueva relación o una separación, la enfermedad o la pérdida de un ser querido, etc …

Si bien en un primer momento la respuesta de estrés es necesaria y adaptativa, cuando ésta se prolonga o intensifica en el tiempo, la salud, el rendimiento académico o profesional y, incluso, las relaciones personales o de pareja deL individuo pueden verse afectadas debido a un trastorno por ansiedad. Las señales más características del estrés son:

Emociones: ansiedad, miedo, irritabilidad, confusión …
Pensamientos: dificultad para concentrarse, pensamientos repetitivos, excesiva autocrítica, olvidos, preocupación por el futuro …
Conductas: dificultades en el habla, risa nerviosa, trato brusco en las relaciones sociales, llanto, estrechar las mandíbulas, aumento del consumo de tabaco, alcohol …
Cambios físicos: músculos contraídos, dolor de cabeza, problemas de espalda o cuello, malestar estomacal, fatiga, infecciones, palpitaciones y respiración agitada …

Algunos trastornos de ansiedad son: Trastornos obsesivo compulsivo, Fobias, Fobia social, Estrés post-traumático, Ansiedad, Ataques de pánico, Insomnio.

DEPRESIÓN

La depresión es mucho más que estar bajo de moral. La mayoría de personas experimenta tristeza de vez en cuando, pero en algunas ocasiones estos sentimientos no desaparecen y se acompañan de otros síntomas que provocan malestar y/o dificultades para el desarrollo de la vida cotidiana. Es entonces cuando podemos estar ante un trastorno por depresión.

La depresión se caracteriza por la rendición de la persona y la renuncia a sus actividades cotidianas, la experimentación de sentimientos de impotencia, la incapacidad de afrontar las situaciones, la dificultad de concentrarse, la sensibilidad extrema, las conductas de aislamiento y/o delega sus responsabilidades. La persona deprimida se convierte en víctima.

El malestar se puede manifestar de muchas formas como ideas negativas, miedo al futuro, sensación que pasará una desgracia, sensación de no estar a la altura de las circunstancias, incapacidad de adaptarse a un cambio, sentimientos de culpa no superados… entre otros.

PÉRDIDA Y DUELO

Toda persona ha experimentado en algún momento de su existencia, la pérdida de un ser querido, de algo material con mucho valor sentimental, o de una situación de estabilidad. Estas pérdidas significativas desencadenan una serie de pensamientos, reacciones emocionales, físicas y conductuales, que dan lugar al proceso que llamamos duelo. 

El dolor por la pérdida nos puede hacer sentir confusos, inseguros e incluso, podemos llegar a cuestionarnos muchas cosas. En algunos casos el duelo comienza y termina de forma natural, pero en otros provoca reacciones emocionales muy intensas y dilatadas en el tiempo, que interfieren en el día a día de la persona. En estos casos, es oportuno buscar apoyo de profesionales especializados.

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